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Contra el adultocentrismo

Les niñes son una generación diferente; estar con elles es presenciar el nacimiento de dicha generación. Hoy en día, nadie tiene una receta sobre cómo preparar a les niñes para la vida en un mundo que está fuera de control—cómo prepararles mejor para un futuro completamente incierto. Quizás hoy no tenemos más opción que escuchar y dejarnos influenciar por les niñes. Esta idea no es nueva; de hecho, fue central en dos experimentos pedagógicos e institucionales radicales del siglo XX en nuestra región: el hogar infantil de Janusz Korczak en Varsovia y la República de Gaudiopolis para huérfanes de guerra en Budapest, después de la guerra. Ambas iniciativas también buscaron la emancipación de les niñes mediante la publicación de periódicos infantiles, en los que les niñes contribuían y organizaban el contenido. Estas publicaciones eran una forma en la que elles podían comunicar sus propias visiones, ideas y actitudes tanto a otres niñes como a les adultes. Darles un espacio público para expresarse de la manera que ellos quisieran fue una forma de emancipación tanto para les niñes como para les adultes involucrades. Estos fueron intentos de desafiar la dinámica tradicional entre adultes y niñes. La siguiente conversación sigue ese mismo espíritu. En ella, mi hija de diez años entrevistó a sus amigues, mostrando cómo las voces de les niñes aún pueden ofrecernos una visión de su mundo hoy en día.

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N (10 años): ¿Qué crees que significa la liberación para les niñes?
Ni (7 años): Primero, no habría colegio. Segundo, no tendríamos que obedecer órdenes de nuestros adres. Tercero, todo sería gratis —pero solo para les niñes, no para les adultes. Los juguetes serían gratis, pero no para les adultes. No habría tareas.
N: ¿Qué asignatura te gusta menos?
Ni: Lengua.
N: ¿Qué habría en lugar de la colegio?
Ni: Vacaciones. Y después de las vacaciones, más vacaciones.
N: ¿Y qué harías durante tus vacaciones?
Ni: Me aburriría, me acostaría en algún lugar. Y si no fuera posible y tuviera que haber algo de colegio, al menos podríamos elegir las asignaturas, y no habría tareas. Podríamos elegir lengua, por ejemplo. Y podría haber un descanso durante la clase.
N: ¿Y sobre los juguetes? ¿Qué harías si tus adres quisieran cosas gratis también?
Ni: Yo tendría todo gratis y podría dárselos a elles.

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N: J, ¿qué significaría la liberación de les niñes para ti?
J (7 años): Para mí, la liberación sería no ir al colegio, ni hacer las tareas. Habría vacaciones todo el año y podríamos tener los juguetes que quisiéramos, las habitaciones que quisiéramos —todo gratis. O que el colegio fuera solo los lunes, miércoles y viernes. Y que las vacaciones fueran un poco más largas, tal vez cuatro meses —junio, julio, agosto y septiembre.
N: ¿Y qué harías en tus vacaciones?
J: Iría a la casa de mis amigues, haría excursiones, iría a castillos, museos, al teatro, visitaría a mis abuelas y celebraría mi cumpleaños.
N: ¿Y qué juguete te gustaría si pudieras tener cualquiera?
J: Un loro de peluche. Tenía un pájaro y se le rompió la cabeza.
N: ¿Y qué asignatura te gusta menos?
J: Matemáticas.

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N: L, ¿cómo crees que sería la liberación de les niñes?
L (8 años): Todes les niñes del orfanato serían adoptades y recibirían suficiente dinero y comida. Volverían a pertenecer a una familia y tendrían cosas que los harían felices. Les niñes podrían aprender lo que quisieran. Les profesores preguntarían a les niñes: «Niñes, ¿qué queréis aprender hoy?». Y les niñes elegirían por sí mismes.
N: Entonces te gustaría ir a la colegio, pero elegir tus propias asignaturas. ¿Y cuál es la asignatura que menos te gusta?
L: Probablemente, lengua.
N: ¿Significa algo más para ti la liberación de les niñes?
L: Que les pobres reciban dinero. Las cosas que son demasiado caras estarían prohibidas, porque hay niñes que no pueden tenerlas, y entonces se ponen muy tristes. ¿Qué pasa si quieres ir a un parque de atracciones y dormir ahí, y cuesta cien mil, y algunes niñes pobres quieren ir? ¡Oh, no! No me gustaría que nos pusiéramos celoses. También me gustaría que les adultes respetaran a les niñes, que no fueran males con ellos. Deberían ser muy amables con elles. Ojalá no hubiera más ladrones.
N: ¿Cómo sería si tus adres te trataran mejor?
L: Me gusta cómo me tratan ahora. Son amables conmigo, pero también son estrictes. Les niñes no deben ser consentides; deberían lavar los platos de vez en cuando también. No tiene que ser solo trabajo de les adres.

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N: V, ¿qué significaría para ti la liberación de les niñes?
V (8 años): Fuera del colegio, fuera de todo, odio todo. No me gusta lengua, ni siquiera matemáticas. Me gusta educación física y los recreos, nada más. No me gusta nada más del colegio. Me gustaría viajar en lugar de ir al colegio.

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N: T, ¿qué significa la liberación de les niñes para ti?
T (4 años): No iría a la guardería. Probablemente sea lo peor del mundo.
N: ¿No te diviertes ahí?
T: No.
N: ¿Y qué habría en lugar de la guardería?
T: Sería demolida por una gran bola de cemento.
N: ¿Y qué harías si no fueras a la guardería?
T: Compraría un monstruo-dragón súper poderoso en el teléfono de mi papá y jugaría con él.
N: ¿Jugarías con monstruos en el teléfono todo el día?
T: No sé. Me quedé sin ideas.

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K (14 años): Me gustaría que les adultes empezaran a confiar en les niñes. Deberían dejar de decir que solo somos niñes pequeñes con demasiada imaginación.

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Ni: N, ¿y tú?
N: Me gustaría tener dos años de vacaciones. Y me gustaría que todo fuera gratis. Así podríamos comprar lo que quisiéramos. Me gustaría poder pintar en las paredes de mi cuarto —realmente me gustaría pintar mi habitación.
T (43 años): ¿Y qué pasaría después de dos años de vacaciones?
N: Entonces habría más vacaciones.
T: ¿Así que serían vacaciones infinitas?
N: Sí, eso estaría genial.
T: ¿Y cómo sería tu día?
N: Me despertaría, me lavaría los dientes, desayunaría, me vestiría y luego quizás saldría con mis amigues. Iríamos al parque Gutovka, donde jugaríamos. Luego volveríamos a casa y almorzaríamos…
T: ¿Y quién cocinaría para ti?
N: Mamá y papá. Luego podríamos ir a tomar bubble tea con mis adres y después iríamos a pasear.
T: ¿Y tus adres no trabajarían entonces?
N: No, no trabajarían porque el dinero caería del cielo.
T: Genial. ¿Y qué haríais entonces?
N: Pasarían más tiempo con nosotres les niñes. Iríamos a la discoteca por la noche a bailar y luego nos iríamos a dormir. Pero también podríamos viajar.
T: ¿A dónde te gustaría ir?
N: Italia, Alemania, Vietnam o Japón.



La entrevista se publicó originalmente como parte del artículo “Para que las personas adultas empiecen a confiar en las niñas y los niños. Educar para la liberación en un mundo sin libertad” en la revista online feminista Druhá : směna (www.druhasmena.cz). El texto se publica con el  permiso del equipo editorial de la revista.

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